Monseñor Leopoldo Ruiz y Flores (1865-1941).

Obispo de la arquidioses de León y Monterrey, Arzobispo de Morelia y Delegado Apostólico de México ante la Santa Sede. Participó como uno de los más destacados personajes en la “Guerra Cristera”, habiéndose enfrentado a Plutarco Elías Calles defendiendo su causa de evangelización.

Nació en la antigua casa que permanece en la esquina del andador Juárez y la plaza de la constitución, hoy conocida como la tienda de abarrotes “Ciudad de México”, en pleno corazón de Amealco Pueblo Mágico.

Ricardo Pozas Arciniega (1912-1994).

Nació en Amealco el 4 de mayo de 1912; sus padres fueron Don Eduardo Pozas y Doña Isabel Arciniega. Su padre fue maestro de educación Primaria en Amealco. Ricardo empezó como maestro empírico, después estudió la Normal Rural en San Juan del Río, Qro, e inició su trabajo como docente en Vizarrón de Montes, Qro, y más tarde en la comunidad de San Sebastián de las Barrancas.

En 1929 se trasladó a México, donde enseñó en una Primaria para trabajadores y 1938 regresó a México como profesor de Historia en Secundaria y laboratorista en la Escuela Nacional de Maestros.

En 1940 ingresó a la Escuela Nacional de Antropología e Historia; ahí se inició en investigaciones y prácticas antropológicas.

En 1948 publicó su obra literaria más importante “Juan Pérez Jolote”.

Roberto Ruiz Obregón (1904-2001).

Nació el 3 de junio de 1904 en Amealco, Querétaro. Fueron sus Padres  Don Federico Ruiz Obregón y Doña Cruz Obregón Ocaña quien a la edad de 8 años Don Roberto empezó a colaborar con su familia vendiendo refrescos caseros que su hermana Santa Ruiz fabricaba, para que años depués trabajará en Ferrocarriles Nacionales de México, en donde fue telegrafista y Jefe de Estación.

En 1938 obtuvo la concesión de distribuidor de Coca Cola en el Estado y en 1945 obtuvo la autorización para embotellar el producto Coca Cola, naciendo así su primera empresa de refrescos, denominada “Embotelladora La Victoria”.

Fue pionero de la industria queretana y gran benefactor a favor de la educación, considerado como “Hijo Predilecto de Amealco”, en donde impulsó a la educación y múltiples obras de trascendencia social en bien de la sociedad amealcense.

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